martes, 15 de marzo de 2011

San Agustin de Hipona

Nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, pequeña ciudad de Numidia en el África romana. Su padre, llamado Patricio, no era religioso cuando nació su hijo. Su madre, Santa Mónica es puesta por la Iglesia como ejemplo de "mujer cristiana", de piedad y bondad probadas, madre abnegada y preocupada siempre por el bienestar de su familia,

Mónica le enseñó a su hijo los principios básicos de la religión cristiana y al ver cómo el joven Agustín se separaba del camino del cristianismo se entregó a la oración constante en medio de un gran sufrimiento. Años más tarde Agustín se llamará a sí mismo "El hijo de las lágrimas de su madre"

San Agustín estaba dotado de una gran imaginación y de una extraordinaria inteligencia. Se destacó en el estudio de las letras. Mostró un gran interés hacia la literatura, especialmente la griega clásica y poseía gran elocuencia.

 A los diecinueve años, la lectura de Hortensius de Cicerón despertó en la mente de Agustín el espíritu de especulación y así se dedica de lleno al estudio de la filosofía.

En su búsqueda incansable de respuesta al problema de la verdad, Agustín pasa de una escuela filosófica a otra sin que encuentre en ninguna una verdadera respuesta a sus inquietudes. Finalmente abraza el maniqueísmo creyendo que en este sistema encontraría un modelo según el cual podría orientar su vida. Varios años siguió esta doctrina y solamente la abandonó después de hablar con el obispo Fausto. Ante tal decepción, se convenció de la imposibilidad de llegar a alcanzar la plena verdad, y por ello se hizo escéptico.

                              


Algunas de sus Obras
Las confesiones
Las retractaciones
La vida feliz
El orden
Soliloquios
La inmortalidad del alma
La dialéctica 
la dimensión del alma
El libre albedrío
La música
El maestro
De la verdadera religión
La utilidad de la fe
De la fe en lo que no se ve
La adivinación diabólica
La ciudad de Dios
La fe y el símbolo de los apóstoles
Ochenta y tres cuestiones diversas
Cuestiones diversas a Simpliciano
Respuesta a las ocho preguntas de Dulcicio
La fe y las obras
Manual de fe, esperanza y caridad
La Trinidad
 
                                                                

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